Aquí observamos una figura humana con gorra de aviador, sobre un cuerpo geométrico que se sostiene meramente en una de sus vértices, sin embargo esta escultura destaca por sus cualidades táctiles, la unión de dos elementos con características muy diferentes entre sí.
En la parte superior encontramos lo tangible, orgánico y cerrado, mientras que en la parte inferior percibimos lo intangible, inorgánico y abierto.
La figura humana aparece nuevamente con un rostro tranquilo, sin embargo la ausencia de mirada nos permite dar nosotros mismos una interpretación al pensamiento del protagonista. Su gorra de aviador envía un mensaje de libertad, de sueños, de sus intenciones de emprender un vuelo.
Nuestra capacidad de asombro y las interrogantes, surgen al contemplar esta pieza, preguntándonos como se sostiene la figura humana en vértice de un cubo vacío, que pareciera frágil, pero que es capaz de sostener todo el peso en una pequeña punta. Equilibrio y fuerza se hacen presentes y nos invitan a reflexionar esos conceptos en nuestra vida diaria.