Este cuerpo desmembrado con un acabado en tonalidad verdosa, y alude a la estética de la fragmentación en la historia del arte, la figura sugiere la posición de salida de una carrera, donde el peso de los atletas descansa en la rodilla y manos, aquí a pesar de que los brazos y pies están ausentes, la posición del cuerpo, nos hace pensar que se han superado los obstáculos y se ha alcanzado un determinado trayecto, encontramos en la textura y color de la obra, esa sensación de antigüedad, solemnidad, un semblante sereno, que a pesar de estar incompleto, intenta transmitir fuerza y tranquilidad al mismo tiempo.
La ausencia de extremidades, nos traslada nuevamente al estilo de la escultura de la antigua Grecia, dando especial atención a los detalles y finura de los rasgos musculares.