En el pasado, las mujeres vivían en una enorme situación de desigualdad dentro del mundo del arte respecto a los hombres, era tan notorio el poco valor que les daban e incluso se les prohibía desempeñar determinados oficios por el simple hecho de ser mujeres.
La ausencia de mujeres artistas en las galerías de arte puede dar la impresión de que el rol de las mujeres en el arte se ha limitado al de musas y modelos; sin embargo, pese a todas las barreras que se les han colocado, las mujeres han tenido presencia activa en el arte en distintas épocas.
Historia de las mujeres en el arte:
Investigaciones antropológicas han revelado que la mujer prehistórica ya hacía trabajos de arte produciendo objetos de cerámica, textiles, cestería y joyería.
Escritos grecorromanos demuestran que tanto mujeres como mujeres participaban en actividades como la pintura, la poesía, la música, la producción de textiles y cerámicas.
Es hasta el Siglo X cuando una mujer firma una obra la cual era un manuscrito realizada en colaboración con un monje varón.
Durante el siglo XI las monjas pintaban y copiaban manuscritos iluminados, mientras que las mujeres de la aristocracia elaboraban obras textiles.
No es hasta el siglo XII que se les permite a las mujeres viudas cubrir el puesto de los maridos en los gremios artesanos.
Durante la Edad Media las mujeres tenían prohibido firmar los trabajos de los talleres como signo distintivo ya que dicha función era exclusiva del maestro.
Fue hasta el siglo XVI con la corriente humanista del Renacimiento, que se ve favorecido reconocimiento de las mujeres y el estatus social de los artistas individuales, sin embargo, aun dependían de los hombres para dedicarse al arte pues debían contar con padres, esposos o mecenas que las apoyaran.
Les tomó hasta el siglo XIX, para que las mujeres fueran admitidas en academias de arte para su formación y hasta el siglo XX para tener acceso al dibujo del desnudo del natural.
En el siglo XVIII, en la Ilustración, la educación se separa de los niños según su género abriéndose los primeros salones no académicos, en los que las mujeres podían participar, pero las consideraban no capacitadas para realizar las obras más valoradas con temas históricos o mitológicos por su desconocimiento de la anatomía masculina.
En el siglo XIX, crece el número de mujeres artistas, en un entorno sin restricciones sexistas ni educación formal, donde las mujeres son económicamente independientes y reconocidas por sus logros profesionales.
En
Capital del Arte queremos homenajear a las representantes femeninas que continúan formando parte de la historia del arte, tanto por su esfuerzo, destreza artística, tenacidad como por su desafío a los convencionalismos sociales, con el talento como arma, para que las mujeres consigan el hueco que merecen dentro del mundo del arte.
Te invitamos a visitar nuestra sección de artistas para que conozcas el trabajo de cada una de estas grandes mujeres como
Flor Minor, Nubia Rives, Daniela Negrete, Filizza Trassani y Mayté Espinosa.
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