Jorge Marín, un destacado artista nacido en México en 1963, ha dejado una profunda impresión en el mundo del arte contemporáneo. Su versatilidad artística le ha permitido experimentar con diversos materiales, pero fue el bronce el que se convirtió en su firma distintiva, otorgando vida y perfección a las texturas y formas de sus esculturas.
Con una carrera prolífica de 25 años, Jorge Marín ha alcanzado reconocimiento tanto a nivel nacional como internacional. Su obra ha sido aclamada en más de 250 exposiciones colectivas e individuales, llevando su arte a museos y galerías en Europa, América y Asia.
Marín ha demostrado su dominio en distintas dimensiones escultóricas, desde la delicadeza de la miniatura hasta la imponencia de la escultura monumental. Sin embargo, es en el espacio público donde su arte cobra vida de manera especial. Sus esculturas, con personajes fantásticos y expresiones cautivadoras, invitan al espectador a un diálogo lúdico y espontáneo, permitiéndoles incluso interactuar con sus piezas, como al apropiarse de un par de alas.
Una de las características más distintivas de la obra de Jorge Marín es su capacidad para crear esculturas que evocan lo humano y lo divino, fusionando elementos reales y oníricos en un equilibrio sublime. Cada detalle, desde las manos y pies de sus personajes hasta las texturas de plumas, venas y telas, refleja la perfección de la materia viva y la maestría del escultor.
Su influencia trasciende fronteras, y su obra ha dejado una huella indeleble en los corazones de quienes la contemplan en diversos rincones del mundo. El legado artístico de Jorge Marín perdurará en el tiempo, inspirando a futuras generaciones y consolidándolo como uno de los mayores exponentes del arte contemporáneo figurativo en México.