“Sentí tu piel y permaneció en mi alma, porque no sólo fue nuestro cuerpo sino el deseo logrando así romper el tiempo, tu piel tan suave como las sabanas donde estamos envueltos, nuestras miradas se buscaban y al encontrarse se nos dibujaba una sonrisa sincera, una sonrisa llamada amor, y así, tu calor permanece en mi cuerpo, en esa sonrisa y en mi alma por un instante eterno.”
Susana Casillas