Desde los albores del cristianismo se conoce esta celebración y como tal, La Navidad en la historia del arte ha dejado huella. Es una de las festividades más renombradas del calendario litúrgico de la Cristiandad. Fue en los primeros años del cristianismo cuando la Iglesia acordó la fecha del 25 de diciembre para conmemorar el nacimiento de Jesús. En el concilio de Nicea, celebrado en el año 325, se fijó el ‘dies navitatis et epifaniae’.
En el período navideño la Cristiandad celebra dos acontecimientos de gran significado religioso: el nacimiento de Jesús en el portal de Belén y la adoración de los Reyes Magos de Oriente al Niño Dios. Estas efemérides están impregnadas de un sentimiento especial que combinan aspectos religiosos, históricos y tradicionales que se muestran en los distintos campos de la cultura: Historia del Arte, Literatura, Música, Cinematografía, etc.
Nos limitaremos a analizar en este artículo el espíritu de la Navidad en el campo de la Historia del Arte en el que numerosos y reconocidos artistas lo han plasmado en la pintura, la escultura, la orfebrería, la artesanía popular, etc.
La pintura ha representado gran cantidad de obras conservadas en iglesias y museos. La plasmación de las escenas del Nacimiento de Jesús y de la Adoración de los Pastores y de los Reyes Magos fue una temática que reflejaron los pintores góticos valencianos Pere Nicolau, Miquel Alcañiz, Antoni Peris o el Maestro Pere de Perea en el siglo XV, quienes nos legaron numerosos retablos o tablas sobre esta escenografía. Asimismo, pintores como Sandro Botticelli, Leonardo Da Vinci, Alberto Durero, Hans Memling, Tintoretto, Caravaggio, Corregio y El Greco pintaron cuadros que llevan el título de la Adoración de los Reyes Magos. Bartolomé Esteban Murillo plasmó en uno de sus lienzos la Adoración de los Pastores y otros artistas como Fra Filippo Lippi, Fra Angélico, Piero della Francesca, Pedro Pablo Rubens, Diego Velázquez, entre otros, también abordaron en sus cuadros esta iconografía de la Navidad.
La escultura tampoco es ajena a simbolizar esta temática. La representación de las escenas del ciclo de la Navidad cuenta con grupos escultóricos, relieves, mosaicos, grabados, vitrales, relicarios, etc. Muestras de ello las podemos visualizar en el ciclo de los Reyes Magos labrados en el tímpano de la Portada del Reloj de la catedral de Toledo con el Encuentro con Herodes, el Viaje de los Reyes Magos siguiendo la estrella, la Epifanía y el Sueño de los Reyes Magos. Semejante escenografía se esculpió en el ciclo de los Reyes Magos del cenotafio de la basílica de los Santos Hermanos Vicente, Sabina y Cristeta, templo románico localizado en Ávila, y la Epifanía representada en el trascoro de la catedral de esta misma ciudad. El tímpano de la iglesia de Santa María la Real de Aranda de Duero en la provincia de Burgos también reproduce escenas de la Epifanía con la Cabalgada. Los dos primeros compartimentos de la escalera del coro de la iglesia arciprestal de Morella, de estilo gótico, representan relieves de la Adoración de los Reyes y Pastores, tallados en la segunda mitad del siglo XV.
Asimismo son dignas de resaltar escenas del mosaico de la basílica de San Apolinar el Nuevo en la ciudad italiana de Rávena dedicado a la Epifanía y el relicario de los Reyes Magos en el altar de la Catedral de Colonia en Alemania.
El siglo XVIII es la época de mayor esplendor de belenes y de su máxima difusión por Europa. Estos conjuntos que reproducen escenas navideñas fascinaron a los ciudadanos tanto por la calidad artística como por su intensidad expresiva y emocional. Fueron verdaderos cuadros vivientes. La escultura en madera policromada o bien en terracota policromada y la incorporación de lo profano como referencia ambiental se fueron incorporando paulatinamente a los belenes.
Son famosos y admirados los belenes napolitanos, los de la ciudad de Roma y los de Murcia. Las figuras belenísticas de los nacimientos y de las adoraciones de los Reyes Magos de Francisco Salzillo son la quintaesencia del belén español. Sus aportaciones fueron de gran trascendencia y novedad en esta parcela de la imaginería española de la festividad de la Navidad.
En numerosas vidrieras de catedrales podemos observar escenas del ciclo navideño. Concretamente en la catedral gótica de León, una de las más bellas de España, alberga impresionantes vidrieras policromadas; en una de ellas se representan escenas de la Natividad. También en las catedrales de Chartres, de Colonia y de Sevilla se pueden contemplar imágenes y secuencias de la misma temática.
En estas celebraciones no debemos olvidarnos que el verdadero sentido y espíritu de la Navidad debe tener a Cristo en el centro. Cantemos como lo hicieron los ángeles en Belén: Gloria a Dios en las alturas y Paz en la tierra a los hombres de buena voluntad.
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Original por: María del Carmen Aura Busó y José Vicente Gómez Bayarri