La composición es la colocación y ordenamiento de los elementos que integran una obra de arte, considerando las relaciones existentes entre ellos, y con la intención de generar efectos y significados en la misma.
Una obra de arte, cualquiera que esta sea, contiene una organización de los diversos elementos en el total del diseño, mismas que se relacionan generalmente entre sí y a su vez con la totalidad de la obra de arte, lo que le proporciona coherencia formal y significado a la obra en sí.
Es hasta el siglo XX en Europa, cuando la composición es considerada como principio fudamental dentro del arte; hasta que graficamente es desplazada después de la aparición del Dadaísmo.
La composición artística depende de la intención del autor, de la sensibilidad y conocimiento para jugar con los elementos compositivos en función de sus necesidades expresivas, es decir, en toda obra encontraremos infinidada formas de composición, pero algunas de ellas coinciden de acuerdo al objetivo que el autor pretenda.
Dentro de la composición artística tenemos que tener presente el equilibrio visual; que hacen que una obra de arte resulte agradable y armonioso.
Leer “Armonía y Equilibrio en el arte”
Principios fundamentales de la composición artística:
- El orden: es un criterio utilizado para colocar los elementos que integran la obra en el lugar que le corresponde; dicho ordenamiento permite diferenciar los elementos, integrándose en una configuración que tenga sentido.
- La unidad: pone en relación, agrupa y da entidad a una creación, en donde elementos múltiples o plurales compuestos de forma correcta crearán singularidad.
- La jerarquía: consiste en darle una relación concreta de estructuración a los elementos, en donde los elementos jerárquicos diferenciados aportan orden.
- La armonía: implica el ordenamiento y convergencia de los elementos que conforman la obra, donde las relaciones de unidad y orden están acopladas. Es una idea muy subjetiva, unida al concepto de belleza por lo que es difícil medirla o analizarla.
Principios compositivos en el arte:
- Foco en el trabajo: definido como el centro de interés con un punto de especial atracción en la obra; mismo que se extiende hasta donde llegue la sensación de equilibrio y estabilidad.
- Dirección visual: lograr que elementos visuales conduzcan la trayectoria seguida por el ojo del espectador, llevándo hacia el centro de interés, manteniendo la atención alrededor de todos los elementos de la obra, antes de conducirla fuera del cuadro.
- Movimiento: tensión existente entre varios elementos formales o lineales y el campo que los contiene, mismas que son atraídas, o repulsadas provocando la sensación de movimiento o desplazamiento.
- Ley de la mirada: Un sujeto que proyecte movimiento debe tener espacio en frente.
- Evitar la simetría: A menos que se quiera dar una composición simétrica, se debe evitar las bisecciones exactas del espacio, haciéndolo excéntrico, pudiéndolo equilibrar por elementos basados en satélites más pequeños.
- Ley del Horizonte: Se recomienda colocar la línea del horizonte, de tal manera que acentúe la porción de cielo o de tierra, en lugar de dividir la obra en dos porciones iguales.
- Ley de composición de masas: Buscar el equilibrio mediante el contrapeso, de la misma forma en que se distribuye el peso en una balanza.
- Regla de los tercios: El objetivo es evitar que el centro de interés y los objetos corten la imagen por la mitad, poniéndolos cerca de una de las líneas que dividirían la imagen en tres columnas y filas iguales, idealmente cerca de la intersección de esas líneas.
Estos principios son de carácter orientativo, sin embargo, de ignoarlos completamente también se puede llegar a una buena creación, todo es decisión del propio artista.
La imagen corresponde a la obra “La Familia de Carlos IV”, de Eugenio Lucas y Villamil (1912)